Cada vez que en casa digo que voy a preparar muffins, me dicen que hable bien, que se dice magdalenas; o madalenas. Pues no, seguramente ya sabréis que no es lo mismo una magdalena, muffin o cupcake. No creo que haga falta explicarlo, aunque en casa tengo que volver a hacer tres mil veces más. Siempre me dirán que como una magdalena de todo la vida no hay nada, y yo seguiré insistiendo en que si sólo les gustan las magdalenas por qué se comen los muffins de dos en dos y a penas los puedo catar. En fin, que me enrollo como siempre; tenía una bolsa de frutos rojos variados en el congelador y ahí seguían, no sabía como sacarles partido, así que me acordé de esta receta que tenía guardada hace tiempo, la modifiqué y este fin de semana la hice.
Ingredientes
- Leche – 70 ml
- Yogur – dos
- Limón – 1 cucharadita
- Harina – 340 gr
- Levadura – 2 cucharaditas
- Aceite de girasol
- Huevo – 1
- Azúcar blanco – 1
- Sal – 1 pizca
- Frutos rojos congelados o frescos – 2 tazas
- Esencia de vainilla – 1 cucharadita
Preparación
Primero debemos mezclar la leche con los yogures y el jugo del limón, mezclamos y reservamos. En otro cuenco a parte mezclamos la harina con la levadura en polvo, el azúcar y la pizca de sal. Incorporamos el huevo y batimos bien, a continuación vamos a añadir el aceite de girasol y la esencia de vainilla (opcional). Ahora vamos a añadir a esta mezcla la que hicimos previamente con la leche, mezclamos bien pero sin pasarnos para que queden esponjosos. Por último añadimos los frutos rojos, igualmente debemos conseguir mezclarlos bien, pero sin mezclar demasiado fuerte. Una vez todo mezclado, vamos a echarlo a las cápsulas de los muffins, yo pongo unas 3 buenas cucharadas y me han salido seis. Los metemos al horno precalentado a 180ºC durante unos 45 min, aunque cuando lleve 25 minutos debéis ir vigilándolos. Cuando pinchéis con un palito y salgo limpio ya estarán listos.