Es posible que sean uno de los alimentos que menos incluimos en nuestra dieta, y sin embargo los beneficios que aportan a nuestra salud son muchos, pues se trata de plantas embrionarias que tienen grandes cantidades de minerales, omega 3 y 6, vitaminas, aceites esenciales, proteínas, enzimas latentes, etc. Las semillas son el origen de la nutrición, por lo que son a la vez uno de los alimentos más sanos, pues además escapan a los procesos de industrialización por los que pasa el resto de alimentos. Aumentan el colesterol bueno, por lo que disminuyen el malo, además de que tienen mucha fibra, y sin olvidar que, como tardan en digerirse, sacian y son muy efectivas para la pérdida de peso (cualquier dietista te recomendará que las añadas a tu dieta habitual). Se pueden añadir a panes, galletas y tartas, así como a ensaladas, zumos, yogures, sándwiches o simplemente para condimentar las comidas. Y por supuesto se pueden utilizar como aperitivo, echando mano de un puñado de ellas; además de que se deben comer crudas, pues al exponerlas al calor de una sartén o el horno producen sustancias tóxicas y se desnaturalizan los minerales, las vitaminas y los aceites esenciales que contienen. También deben mantenerse en un lugar seco para que conserven sus propiedades.
GIRASOL
Son las pipas que normalmente comemos como aperitivo para acompañar a nuestras bebidas y están cargadas de hidratos de carbono, proteínas, vitaminas A, B, C y E, ácidos grasos insaturados omega 6, potasio, hierro y magnesio. Son muy completas, aunque nos referimos a aquellas que no vienen cargadas de sal o azúcar, pues comer las de este tipo añadiría cantidades excesivas de estos condimentos a nuestro organismo. Son muy buenas para mejorar el colesterol bueno, prevenir el estreñimiento, depurar el organismo y retrasar el envejecimiento. Se comen mayormente como snack, aunque también se utilizan en ensaladas.
CHÍA
Esta semilla está repleta de ácidos grasos (grasas buenas) 3 y 6, proteínas, calcio, fósforo y magnesio. Participa en el metabolismo del colesterol, favoreciendo que el colesterol bueno (HDL) aumente mientras que el colesterol malo (LDL) descienda, además de que previene el estreñimiento, disminuye la presión arterial y mejora nuestra actividad cerebral.
LINO
Al igual que la chía, el lino es rico en ácidos grasos insaturados que aumentan el colesterol bueno y disminuyen el malo, pero además sirve para combatir los constipados, por lo que tomar algunas semillas de lino diluidas en agua ayuda a mejorar sus efectos.
QUINOA
Es una gran fuente de proteínas y rica en hierro y fósforo, lo que produce saciedad y aporta mucha fibra. Se recomienda utilizar la quinoa en dietas para bajar de peso, aunque mezclarla con sal provoca que pierda sus valores nutricionales.
SÉSAMO
Aceites insaturados, hierro, zinc, vitamina E y calcio son las propiedades del sésamo, que también ayuda a mejorar el colesterol bueno. Estas semillas en concreto son ideales para condimentar, pues le da un sabor muy rico a las comidas, sin olvidar de que se utilizan mucho en panes y repostería.
Por supuesto, son muchas más las semillas que podemos comer, como semillas de calabaza, de granada, de cáñamo, de comino, de uva, de ajonjolí, etc.