Precalentamos el horno a 180ºC.
En un cuenco grande, ponemos todos los ingredientes , el queso, la nata, huevos... (si optáis por echar el burgo de Arias, machacadlo antes para que luego se disuelva más fácil) y lo mezcláis todo con varillas a mano o eléctricas. Si queda algún grumito del burgos no pasa nada, yo lo eché porque creo que hace que sepa más suave, pero es opcional si no os gusta.
Lo metemos en un molde desmoldable y engrasado ( mi molde es de 20cm, podéis usar uno más pequeño) y lo dejamos al horno unos 40 min.
Veréis que se sube bastante más por los lados y por el medio le cuesta, pero no os preocupéis, se irá subiendo poco a poco por el centro.
Cuando veáis que por el centro se raja un poquito ya suele estar hecho.
Ahora apagad el horno y dejadlo abierto, pero dejad la tarta dentro por media hora más o menos para que temple dentro y no se baje por el centro.
Lo sacáis, lo desmoldáis con cuidado y dejáis que se enfríe totalmente.
Un vez que esté frío, le echamos por encima la mermelada, aunque si preferís, podéis ponerle una capa de nocilla que también tiene que estar de vicio, troceáis las fresas y las colocáis por encima a vuestro gusto; lo mismo, podéis elegir la fruta que más os gusten.
Y yo para decorar derretí un poco de chocolate y le hice hilos esparciéndolo con un cuchillo.
Bueno, hasta la semana que viene ya no habrá otro post, que luego toca comérselo y aunque está buenísimo todo eso luego hay que bajarlo en el gimnasio y cuesta mucho jaja.
¡Disfrutad!